miércoles, 15 de junio de 2011

INDEPENDENCIA DE MEXICO

La Independencia de México fue la consecuencia de un proceso político y social resuelto por la vía de las armas, que puso fin al dominio español en los territorios de Nueva España. La guerra por la independencia mexicana se extendió desde el Grito de Dolores, el 16 de septiembre de 1810, hasta la entrada del Ejército Trigarante a la Ciudad de México, el 27 de septiembre de 1821.
El movimiento independentista mexicano tiene como marco la Ilustración y las revoluciones liberales de la última parte del siglo XVIII. Por esa época la élite ilustrada comenzaba a reflexionar acerca de las relaciones de España con sus colonias. Los cambios en la estructura social y política derivados de las reformas borbónicas, a los que se sumó una profunda crisis económica en Nueva España, también generaron un malestar entre algunos segmentos de la población.
La ocupación francesa de la metrópoli en 1808 desencadenó en Nueva España una crisis política que desembocó en el movimiento armado. En ese año, el rey Carlos IV y Fernando VII abdicaron sucesivamente en favor de Napoleón Bonaparte, que dejó la corona de España a su hermano José Bonaparte. Como respuesta, el ayuntamiento de México, con apoyo del virrey José de Iturrigaray— reclamó la soberanía en ausencia del rey legítimo; la reacción condujo a un golpe de Estado contra el virrey y llevó a la cárcel a los cabecillas del movimiento.
A pesar de la derrota de los criollos en la Ciudad de México en 1808, en otras ciudades de Nueva España se reunieron pequeños grupos de conjurados que pretendieron seguir los pasos del ayuntamiento de México. Tal fue el caso de la conjura de Valladolid, descubierta en 1809 y cuyos participantes fueron puestos en prisión. En 1810, los conspiradores de Querétaro estuvieron a punto de correr la misma suerte pero, al verse descubiertos, optaron por tomar las armas el 16 de septiembre en compañía de los habitantes indígenas y campesinos del pueblo de Dolores (Guanajuato), convocados por el cura Miguel Hidalgo y Costilla.
A partir de 1810, el movimiento independentista pasó por varias etapas, pues los sucesivos líderes fueron puestos en prisión o ejecutados por las fuerzas leales a España. Al principio se reivindicaba la soberanía de Fernando VII sobre España y sus colonias, pero los líderes asumieron después posturas más radicales, incluyendo cuestiones de orden social como la abolición de la esclavitud. José María Morelos y Pavón convocó a las provincias independentistas a conformar el Congreso de Anáhuac, que dotó al movimiento insurgente de un marco legal propio. Tras la derrota de Morelos, el movimiento se redujo a una guerra de guerrillas. Hacia 1820, sólo quedaban algunos núcleos rebeldes, sobre todo en la sierra Madre del Sur y en Veracruz.
La rehabilitación de la Constitución de Cádiz en 1820 alentó el cambio de postura de las élites novohispanas, que hasta ahí habían respaldado el dominio español. Al ver afectados sus intereses, los criollos monarquistas decidieron apoyar la independencia de Nueva España, para lo cual buscaron aliarse con la resistencia insurgente. Agustín de Iturbide dirigió el brazo militar de los conspiradores, y a principios de 1821 pudo encontrarse con Vicente Guerrero. Ambos proclamaron el Plan de Iguala, que convocó a la unión de todas las facciones insurgentes y contó con el apoyo de la aristocracia y el clero de Nueva España. Finalmente, la independencia de México se consumó el 27 de septiembre de 1821.
Tras esto, Nueva España se convirtió en el Imperio Mexicano, una efímera monarquía católica que dio paso a una república federal en 1823, entre conflictos internos y la separación de América Central.
Después de algunos intentos de reconquista, incluyendo la expedición de Isidro Barradas en 1829, España reconoció la independencia de México en 1836, tras el fallecimiento del monarca Fernando VII.
Hidalgo de José Clemente Orozco.JPG

Inicio de la Independencia

La nueva España se encontraba a principios del Siglo XIX en una aparente calma, pero para los ojos de un viajero extranjero como lo fue el Barón Alejandro Von Humbolt, esta tranquilidad era ficticia desde un tiempo atrás. Tan es así que, en la ciudad de Querétaro, se estaban reuniendo clandestinamente en la casa del Corregidor de ese lugar, Don Miguel Domínguez, algunos militares y civiles que no estaban de acuerdo con el gobierno Virreinal. La esposa del Corregidor, Doña Josefa Ortiz de Domínguez, aparentaba estas reuniones como tertulias sociales; pero, en realidad los insurgentes conspiraban contra el gobierno establecido. Ellos se hacían llamar "La Academia Literaria". La etapa de la iniciación de la Independencia, comienza con una serie de acontecimientos muy importantes, terminando la muerte de los primeros caudillos. La conspiración de Querétaro fue descubierta, de lo cual se enteró la Corregidora Doña Josefa Ortiz de Domínguez, quien a su vez hizo llegar la nefasta noticia al Capitán Ignacio Allende y al Capitán Aldama. Este último se dirigió al pueblo de Dolores en Guanajuato para avisarle al cura del lugar, Don Miguel Hidalgo y Costilla.
Hidalgo, al enterarse de que habían sido descubiertos, dice lo siguiente: "Caballeros, estamos perdidos, no hay mas remedio que ir a coger gachupines". En ese instante llamó a misa y en el atrio de la iglesia acompañado por su hermano Mariano Hidalgo, los capitanes Allende, Aldama, Santos Villa, y otros, arengó al pueblo a que lo acompañaran a quitarle el gobierno a los españoles. Salió rumbo a la ciudad de Celaya, y a su paso por el pueblo de Atotonilco, tomó el Estandarte de la Virgen de Guadalupe que sería desde ese momento la patrona de esta lucha y de los insurgentes. Una vez más se convertía en la patrona e inspiradora del pueblo de México.
Con el estandarte en la mano, Hidalgo gritó: iViva la Virgen de Guadalupe! iViva la Independencia! iViva la America! ¡Muera el mal gobierno! iViva Mèxico! Lanzándose a la lucha, con un ejército mal organizado, mal armado, se inicia el movimiento de independencia.
El primer enfrentamiento armado de grandes consecuencias tuvo lugar en la Ciudad de Guanajuato, donde la población española se había refugiado en el edificio de la Alhóndiga... un punto en el cual era menos que imposible apresar a los representantes del gobierno español, lo cual se logró gracias al valor y coraje de un minero apodado "
El Pípila
", (se le daba ese nombre, por tener la cara cubierta de pecas y por la similitud con los huevos manchados del guajolote, al cual, en idioma indígena se le Ilama pípila) quien se colocó sobre su espalda una loza de piedra para que no lo tocaran las balas enemigas. Acercándose a la puerta del edificio le prendió fuego, consumiéndose esta, pudieron penetrar los insurgentes y salir victoriosos de este enfrentamiento.
Después de esta victoria, los insurgentes decidieron tomar la capital del Virreynato para lo cual marcharon hacia la misma, pero muy cerca de ella, en el lugar Ilamado Monte de las Cruces en el actual Estado de México, Hidalgo dió la orden de regresar sin tomar la ciudad.
En el pueblo de Aculco fue derrotado por los realistas españoles. A su regreso, Hidalgo se estableció por corto tiempo en la Ciudad de Guadalajara, donde dio varios decretos con respecto a las tierras para los indios, y posteriormente en la Ciudad de Valladolid, hoy Morelia, da el decreto de abolición de la esclavitud para los negros e indios.
Cerca de Guadalajara, en el lugar Ilamado Puente de Calderón, Hidalgo fue nuevamente derrotado. Después de sufrir fuertes tropiezos, los jefes Insurgentes deciden ir al Norte de la República a buscar refuerzos; pero fueron traicionados por Ignacio Elizondo, en el lugar Ilamado Norias de Baján. Después de haber caído prisioneros los principales caudillos e iniciadores de nuestra Independencia, fueron Ilevados a Monclova, y de ahí a Chihuahua donde fueron fusilados. Posteriormente se les decapitó y sus cabezas se colocaron en jaulas que mandaron al Estado de Guanajuato, siendo colocadas en las cuatro esquinas de la Alhóndiga de Granaditas, como escarmiento para futuros levantamientos. Pero esto sólo sirvió para que el pueblo se sintiera mas humillado y sacara coraje, continuando la lucha con nuevos caudillos.
La primera etapa de nuestra independencia tuvo una pausa con la muerte de Hidalgo acaecida el 30 de Julio de 1811.

Desarrollo de la Independencia

El período independentista se divide en cuatro etapas:
Iniciación
Organización
Resistencia
Consumación

1) La primera comienza en 1808. en este año, las tropas de Napoleón atacan España haciendo prisionero a Fernando VII, Rey de España, quien se ve obligado a abdicar al poder. Por tal motivo José Bonaparte, hermano de Napoleón, es nombrado Rey de España e Indias.
Debido a que el gobierno de México dependía del Español, al virrey y a la real audiencia les preocupaba no saber que rumbos tomaría la soberanía de México y piden que el virrey convocara a un congreso destinado a gobernar al país hasta que Fernando VII pudiera recuperar el poder. Por otro lado, los criollos comenzaron a ver en este conflicto la oportunidad de separarse de España y forjar por fin, un México independiente.
El proceso ideológico duró dos años. En muchos lugares, los criollos se agrupaban para encontrar soluciones revolucionarias a los siglos de dependencia española. Uno de estos sitios era Querétaro. Ahí, acostumbraban reunirse importantes criollos, entre los cuales estaban Juan Aldama, Miguel Hidalgo y Costilla, e Ignacio Allende. Pero su conspiración fue descubierta viéndose forzados a lanzarse a la lucha sin una estrategia definida.
Así, la madrugada del 16 de septiembre, el cura Hidalgo congregó al pueblo en el atrio de la iglesia donde era párroco y los incitó a unírsele en una “causa” que se proponía derribar al mal gobierno. Liberó a los presos, metió a la cárcel a las autoridades españolas del lugar y comienzó su lucha.
Con el levantamiento de Dolores, el movimiento a favor de la independencia se transformó. Las grandes masas trabajadoras entraron en escena. La opresión a que estaban sometidos, su miseria e incultura y su falta de organización, conviertieron su movimiento en súbito, anárquico y explosivo.
Conforme el grupo avanzó a San Miguel, los labradores, peones de hacienda o miembros de la comunidades indias se fueron juntando. Se armaron con garrotes, hondas y machetes tras el sacerdote ilustrado quien a lo largo de su lucha armada, suprimió los tributos que pesaban sobre el pueblo; eliminó la distinción de “castas” y por primera vez en toda América, declaró abolida la esclavitud.
En pocos días, las huestes del “generalísimo” Hidalgo, como le llamaba la gente, ya sumaban casi 100 mil hombres y en poco tiempo tomaron importantes ciudades como Celaya, Guanajuato y Valladolid, entre muchas otras, que aunadas a las victorias que se sucedían en el noroeste y centro del país daban fuerza a la idea independentista.
Esta importante etapa de formación, culminó en 1811 con la muerte de Hidalgo y de otros importantes próceres del movimiento armado.

2) La segunda etapa que se puede definir como una etapa de organización y definición de este movimiento, empezó tras la muerte de Hidalgo y se conoce como la etapa de Morelos.
José María Morelos y Pavón, comienza a tener victorias en el sur y el centro del territorio nacional. Durante esta etapa, se definieron con claridad los propósitos del movimiento de independencia. El documento que mejor refleja el ideario social y político de Morelos es el conocido con el título de Sentimientos de la Nación donde por primera vez se planteó la independencia de México del dominio español.
Durante esta etapa se ganaron muchas provincias del territorio nacional y el movimiento independentista, cobró forma.

3) La tercera etapa, es la que corresponde a Vicente Guerrero y Javier Mina y abarcó los años de 1815 a 1821. Durante esta etapa, las fuerzas insurgentes comenzaron a desorganizarse y su lucha se dirigió a pequeñas provincias en el sur del país donde Vicente Guerrero había logrado mantener vivo el espíritu de la independencia, aunque con muy pocos triunfos. En esta etapa sobresale la participación de Francisco Javier Mina, liberal español que luchó y murió por la causa insurgente en 1817.

4) Y en la ultima etapa, que es cuando se logró la consumación de independencia, Vicente Guerrero e Iturbide, son los principales actores. Tras once años de lucha, los criollos y el pueblo en general empezaban a ver perdida la revolucón. Sin embargo, un grupo de peninsulares y criollos que antes se opusieron a la lucha, se unen a ella y la fortifican. El nombre de José de Iturbide comienza a escucharse con respeto y tras una oportuna estrategia diplomática, logra hacer pactos y acuerdos que serían los pasos para que naciera el “Plan de Iguala” o de “Las tres garantías: religión única, unión de todos los grupos sociales e independencia de México”.
Una vez firmado el Plan de Iguala, la independencia de México se había convertido en una realidad y es él, José de Iturbide quien el 28 de septiembre de 1821 hace su entrada triunfal a México acompañado del ejercito trigarante, confirmando así la independencia de México.

Esto es a grandes rasgos, la historia de la lucha por la independencia de México, un pueblo que se ha esforzado por se libre y que se caracteriza por la fuerza, la determinación y el amor a la patria de sus hombres y mujeres.


Consumacion de la Independencia

La consumación de la Independencia de México tuvo lugar el 27 de septiembre de 1821, aunque se venía gestando desde mucho tiempo atrás.
En 1820 el coronel español Rafael del Riego se levantó en armas para obligar a Fernando VII a jurar la Constitución de Cádiz, suprimida por el rey en 1814. En Nueva España los clérigos y acaudalados vieron en la Carta Magna, jurada en Veracruz el 26 de mayo de 1820, un obstáculo para sus privilegios, así que decidieron promover la independencia. Un grupo de prominentes aristócratas dirigidos por Matías de Monteagudo se reunían en juntas secretas conocidas como Conspiración de la Profesa, por llamarse así el templo. Con la anuencia del virrey Juan Ruiz de Apodaca, los conspirados consiguieron que Agustín de Iturbide fuera nombrado general en jefe del Ejército del Sur, con el encargo de acabar con Vicente Guerrero y Pedro Ascencio.
Guerrero era el único jefe insurgente que realmente permanecía activo desde la muerte de Francisco Javier Mina en 1817. Intentó convencer a los jefes realistas José Gabriel de Armijo y Carlos Moyá para formar un ejército libertador que depusiera a Apodaca para en su lugar nombrar a un virrey conciliador con el que fuera posible consumar la independencia, pero ambos se negaron.
Iturbide relegó a Armijo en noviembre de 1820 y luego de varias derrotas comprendió que por la vía de las armas sería imposible vencer a Guerrero, por lo que le planteó la idea de unir fuerzas para establecer una nación independiente encabezada por Fernando VII u otro miembro de la realeza europea. El pacto entre ambos jefes se llevó a cabo el 10 de marzo de 1821 con el evento conocido como Abrazo de Acatempan. El 24 de febrero de ese año Iturbide dio a conocer el Plan de Iguala, con el que constituía el Ejército Trigarante, cuyas garantías eran independencia, religión y unión.
Durante poco más de seis meses el Ejército Trigarante recorrió el virreinato promoviendo sus ideales. Entre las escasas acciones bélicas de ese periodo se encuentran la toma de Oaxaca, el 20 de julio de 1821 a manos de Antonio de León y Loyola, y la última batalla de la guerra, librada en Azcapotzalco. Iturbide dividió el país en zonas militares: la centro occidental, dirigida por Guerrero, Anastasio Bustamante y Pedro Celestino Negrete; la oriental, comandada por Nicolás Bravo y Antonio López de Santa Anna y la sur, bajo el mando de Antonio de León.
Apodaca fue depuesto por los militares de la Ciudad de México, quienes en su lugar nombraron a Francisco Novella. Las Cortes en España también decidieron remover a Apodaca, pero su sustituto designado fue el masón liberal Juan O'Donojú, con quien Iturbide pudo llegar a un acuerdo con los Tratados de Córdoba.
Finalmente, el 27 de septiembre de 1821 el Ejército Trigarante entró a la Ciudad de México, después de 11 años y 11 días de lucha y más de tres siglos de dominio español.



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